La economía rusa, conocida por su resistencia, podría estar al borde del colapso debido a la creciente inflación y al conflicto con Ucrania.
Qué sucedió
Según El Economista, la economía rusa ha resistido a la guerra y las sanciones, manteniendo un crecimiento expansivo que ha superado las previsiones de bancos de inversión e instituciones internacionales.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Rusia ha crecido, en gran parte, gracias a la intensa producción de bienes destinados a la guerra. Sin embargo, este crecimiento podría ser insostenible. Dos factores amenazan la economía rusa: la inflación y la incursión de Ucrania en territorio ruso.
La inflación está aumentando y la actividad económica está comenzando a desacelerarse. Además, la incursión de Ucrania en territorio ruso obligará a Moscú a gastar más en defensa y en la reparación de los daños causados por la guerra en su propio territorio.
Según los economistas encuestados por Bloomberg, es probable que el crecimiento se desacelere a la mitad del nivel registrado en el segundo trimestre durante el resto del año. Además, el banco de inversión JPMorgan elevó esta semana sus previsiones de inflación para la economía de Rusia.
El gobierno ruso ha aumentado masivamente el gasto tras la invasión de febrero de 2022, invirtiendo dinero en las industrias militares y de defensa y actuando para proteger a las empresas nacionales contra el impacto de las sanciones impuestas por EE.UU. y la Unión Europea.
La situación se complica aún más con la nueva situación de guerra, que podría convertirse en una fuente de desestabilización para el Kremlin.
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Por qué es importante
La economía rusa ha demostrado ser resistente en el pasado, pero la combinación de inflación y conflicto con Ucrania podría poner en peligro su estabilidad. El crecimiento económico de Rusia ha sido impulsado en gran parte por la producción de bienes de guerra, pero este crecimiento puede no ser sostenible a largo plazo.
Además, la incursión de Ucrania en territorio ruso podría obligar a Rusia a aumentar aún más sus gastos en defensa y reparaciones, lo que podría exacerbar aún más la inflación y desacelerar la economía. Esta situación podría tener implicaciones significativas para la economía global, dada la importancia de Rusia como actor económico y político.
Foto cortesía de Shutterstock
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