La administración Trump ha marcado una clara distancia con los recientes ataques militares de Israel contra objetivos en Irán, una maniobra que podría entorpecer los avances diplomáticos entre Washington y Teherán.
Lo que sucedió
De acuerdo con Reuters, Israel asumió la responsabilidad de haber atacado instalaciones nucleares iraníes con el objetivo de frenar el presunto desarrollo de armas atómicas. Mientras tanto, Estados Unidos mantiene planes para una nueva ronda de conversaciones sobre el programa nuclear iraní, programadas para este domingo en Omán.
Marco Rubio, secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional, enfatizó que Israel actuó por cuenta propia: “No estamos involucrados en ataques contra Irán y nuestra máxima prioridad es proteger a las fuerzas estadounidenses en la región”. Rubio también lanzó una advertencia a Irán para que no tome represalias contra intereses o personal estadounidense.
“Israel nos informó que consideraban esta acción necesaria para su autodefensa”, añadió el funcionario.
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Trump sigue apostando al diálogo
Horas antes del ataque, el presidente Donald Trump había expresado su apoyo a una solución diplomática, aunque reconoció que una intervención militar “podría muy bien ocurrir”. La situación se complicó aún más cuando la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que Irán violó sus compromisos internacionales de no proliferación nuclear.
Pese al aumento de las tensiones, funcionarios estadounidenses ratificaron que el diálogo con Irán sigue previsto. Las conversaciones en Omán se presentan como una oportunidad crítica para evitar una escalada mayor.
Los mercados reaccionan con temor
El impacto de la ofensiva israelí no se hizo esperar en los mercados financieros. Los futuros del S&P 500 retrocedieron un 1,49 %, mientras que el Nasdaq y el Dow Jones registraron caídas de 1,59 % y 1,36 %, respectivamente.
El petróleo se disparó un 8 % ante el temor de una escalada en Oriente Medio, clave para el suministro energético global.
Los inversionistas, buscando refugio, impulsaron también el precio del oro: el metal al contado subió un 1,20 % hasta alcanzar 3.427,51 dólares la onza, su valor más alto en más de un mes. Los futuros del oro escalaron aún más, un 1,63 %, hasta los 3.457,70 dólares.
Foto cortesía de: Shutterstock
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