Es muy común encontrar que los términos “invertir” y “trading” se utilicen como sinónimos en la jerga de los mercados financieros. Incluso, es fácil confundir conceptos cuando se habla de qué es invertir en bolsa o qué es el trading online. Sin embargo, existen diferencias entre invertir y hacer trading. Por lo tanto, hay una separación entre inversor y trader.
Lo más básico que se debe saber sobre esta diferencia es que “invertir” suele referir a una compra de un activo para que rinda beneficios a mediano o largo plazo, mientras que “hacer trading” alude más a quienes participan activamente en los mercados de valores y realizan varias transacciones en menos tiempo.
Pero hay muchos más matices. Por eso, te invitamos a que leas esta guía y descubras las diferencias entre invertir y hacer trading, para que puedas estar más informado a la hora de operar.
¿Qué es invertir?
La inversión es la compra y retención de un activo a mediano o largo plazo: pueden ser meses, años, décadas o incluso más. El objetivo de este tipo de operaciones es recibir beneficios por dos lados, principalmente: en primer lugar, por el aumento del valor del activo, que se cobrará al momento de venderlo y, en segundo lugar, por los dividendos que puede otorgar la empresa a sus inversores, si la decisión fue invertir en bolsa.
El horizonte de tiempo que tenga cada inversor dependerá de qué tipo de inversor sea. Existen varios tipos de inversores financieros que debes conocer antes de aprender a invertir, para saber cuál se ajusta de mejor forma a tus necesidades y preferencias.
Por ejemplo, un inversor que no tiene una necesidad urgente de obtener ganancias puede hacer uso de su paciencia y lograr mayores beneficios en un plazo más largo. Mientras que alguien que realiza inversiones para lograr un objetivo en el futuro cercano deseará retirar sus fondos en menos tiempo.
Asimismo, los inversores a plazos más largos podrán sufrir menos las preocupaciones derivadas de la volatilidad, puesto que sus ganancias serán un resultado de las tendencias que se mantienen más estables con el tiempo. Por eso, su riesgo es menor y sus beneficios mayores, a diferencia de quienes invierten en el corto plazo y deben enfrentar mayores riesgos para verse más beneficiados.
Estilos de inversión
Incluso dentro de las divisiones entre inversión de corto o largo plazo, hay otra clasificación sobre si el inversor realiza inversiones activas o pasivas.
- La inversión activa se refiere a las operaciones que buscan tener resultados por encima del promedio del mercado. En general, este tipo de inversores adquieren activos para generar un rédito que supere a un índice establecido como el S&P 500.
- La inversión pasiva, por otro lado, busca mantener un nivel de beneficios acordes a los que ofrece el mercado en general. Para eso, estos inversores compran activos de fondos de inversión pasivos o empresas con crecimientos promedio pero estables en el tiempo. Esto implica un riesgo menor, pero también menos beneficios esperados.
¿Qué es el trading y cómo funciona?
A diferencia de una inversión, el trading es un tipo de estrategia con un comportamiento mucho más activo del operador y un foco mucho más ligado al corto plazo.
Muchos de los movimientos de los traders pueden significar la compra y venta de una acción en el plazo de un día o incluso menos. De este modo, se benefician de las alzas y las bajas más repentinas del valor de un activo, así como de la propia volatilidad del precio.
Esto requiere, por lo tanto, de un uso mucho más intensivo del tiempo en análisis que lo que se suele utilizar a la hora de realizar inversiones.
Estilos de trading
Del mismo modo que sucede con las inversiones, el trading puede clasificarse en distintos estilos.
- Scalping o quick trading: la estrategia de scalping consiste en realizar compras y ventas en un espacio de tiempo muy corto, para derivar ganancias individualmente pequeñas, aunque grandes en conjunto. Este tipo de trading es el que más tiempo y esfuerzo consume.
- Day trading o trading en el día: este tipo de trading refiere a la compra y venta de activos dentro de un solo día. Una ventaja particular que tiene es que el trader no se encontrará con malas noticias a la mañana siguiente a modo de sorpresa.
- Position trading o trading de posición: a medida que el tiempo pasa, los valores de los activos pueden mostrar tendencias en sus movimientos. Por eso, el trading de posición busca mantener estos activos un lapso de tiempo más largo y obtener beneficios basados en esas tendencias. En este sentido, es similar al llamado Momentum trading.
- Swing trading: esta estrategia busca mantener la posición durante incluso más tiempo y no necesita vender el activo cuando su valor llegue a su pico, necesariamente. En cambio, consiste en buscar ganancias más allá de las tendencias, que pueden ser cíclicas y volver a crecer luego de una caída.
Invertir vs trading: diferencias clave
Las diferencias entre inversión y trading no se acaban en el plazo de trading que es usual para cada uno. Hay distintos aspectos que se deben tener en cuenta para aprender a diferenciar entre estos dos tipos de estrategias generales y comenzar a operar con una de ellas.
Mercados financieros
Existen mercados financieros de todo tipo. Uno de los más populares y mundialmente reconocidos es el mercado de valores. En él, se intercambian acciones de distintos tipos de empresas, que aumentan o disminuyen sus cotizaciones dependiendo de las características de cada una de esas organizaciones.
Es en estos mercados en los que se suele enfocar el tipo de operador que invierte.
En primer lugar, lo hace porque es el mercado financiero que más beneficios suele brindar a largo plazo. Además de aumentar sus cotizaciones, las empresas otorgan dividendos a los dueños de sus acciones, derivadas de las ganancias periódicas de la compañía.
En segundo lugar, dado que el mercado suele tener tendencias positivas en el largo plazo, esta suele ser una alternativa de riesgo relativamente bajo frente a otros mercados más irregulares. Por eso, muchos inversores deciden invertir en índices establecidos que suelen replicar las tendencias generales del mercado.
Esto no quita, sin embargo, que algunos inversores también decidan adquirir otro tipo de activos, como criptomonedas o materias primas. Pero, generalmente, lo hacen como una forma de diversificación del riesgo en su portfolio.
Por otro lado, los traders suelen utilizar una variedad mucho más amplia de activos: divisas, commodities, criptomonedas, índices o ETFs.
Es así que los operadores de trading logran sacar provecho de la volatilidad de los mercados en el corto plazo, ya sea cuando las cotizaciones aumentan o cuando caen, y sin la necesidad de adquirir el activo ni gastar demasiado dinero en ello. Esto los lleva, además, a apalancarse, lo que implica un riesgo muy alto pero una gran oportunidad en caso de éxito.
Investigación y análisis
Puesto que el tipo de operaciones son distintas entre sí, no serán los mismos factores en los que estarán interesados los inversores y los traders.
Ya se ha dicho que, dado que uno se enfoca más en el largo plazo y otro en el corto plazo, es normal que miren distintas variables: al inversor le importará la tendencia en el tiempo y al trader le puede preocupar la volatilidad. Sin embargo, esto no es todo.
En principio, se debe tener en cuenta que el inversor busca invertir grandes sumas de dinero en empresas, basado en el prospecto que esas compañías presentan a futuro. Por lo tanto, se enfocará en realizar un análisis extensivo y detallado sobre esa empresa.
Puede hacer incluso un análisis del mercado en general, pero intentará conocer los libros contables de la empresa, sus proyecciones a futuro, su historia, sus planes o sus competidores.
Por otro lado, los trader suelen realizar lo que es llamado un análisis técnico. En él, le prestan atención a los gráficos que expresan los movimientos del valor del activo, así como los cálculos que se derivan de él. Entre ellos, se pueden mencionar los índices de volatilidad (como el VIX), los índices de fortaleza de tendencias (como el MACD) o el álgebra empleada para anticiparse a ciertos movimientos del mercado y sacar provecho de ellos.
Gestión de riesgo
Los mercados financieros nunca están exentos de riesgos. De hecho, es gracias al riesgo que, en cierto modo, este tipo de operaciones son una especie de apuesta y pueden lograr beneficios al realizarse. Si no existiera el riesgo y todo el mundo pudiera beneficiarse, el mercado no podría sostener los retornos que provee hoy en día.
Por eso, los operadores deben conocer el riesgo que implica cada una de sus transacciones y gestionarlo para que no termine por afectar su cartera.
En principio, se debe saber que el riesgo puede ser de mercado, es decir que es un riesgo que involucra a todos los activos de ese mercado en particular puesto que pueden caer en conjunto, o un riesgo específico, en el que un solo activo puede tener una disminución repentina o impredecible en su valor. A partir de esto, puede comenzar a tomar decisiones.
La alternativa más clásica y segura es la diversificación del portfolio. Esto consiste en conformar la cartera de activos de distintos tipos, cuyos riesgos se compensen entre sí y que, en promedio, tengan una esperanza promedio de aumento. Es decir que, luego de contrarrestarse, lo más probable es que generen ganancias. La diversificación puede buscar ser variada entre acciones de empresas, por ejemplo, si el riesgo es específico, o entre mercados, si existe el riesgo de mercado.
Luego, específicamente para los traders, existen ciertos riesgos que los afectan de manera más directa. Estos son el de la volatilidad, como ya se ha dicho, y el de apalancarse por encima de las posibilidades. El apalancamiento, si bien puede generar grandes ganancias, también puede provocar el endeudamiento del trader.
Para evitar esto, lo ideal es recurrir a estrategias que contemplen el stop loss, además de no invertir por encima de lo conveniente ni apalancarse demasiado.
Inversión vs trading: ¿cuál es mejor?
Como casi todas las preguntas que quieren saber qué es mejor en los mercados financieros, su respuesta es: depende.
Cómo invertir en la bolsa es una decisión que solo puede tomar el operador, basado en sus posibilidades y sus necesidades. Lo mismo sucederá cuando decida dónde invertir su dinero o qué tipo de trader desea ser, por ejemplo.
A fin de cuentas, la decisión sobre en qué invertir o de qué forma hacer trading se reducirá al riesgo que implica cada uno, y si la forma de evitarlo es la adecuada para cada uno. Por ejemplo, el trading necesita de una dedicación mayor a la que se requiere para invertir, cuando hablamos del día a día del operador.
Asimismo, la inversión puede traer ganancias a largo plazo con mayor seguridad, pero puede que el operador necesite de ese dinero antes del momento en el que le convendría retirarlo según las expectativas del mercado, o que no disponga de los recursos necesarios para comenzar a realizar ese tipo de transacciones al invertir en la bolsa.
Resumen
Como se dijo, la decisión sobre si desea ser trader o inversor dependerá solo del operador que esté dispuesto a comenzar a realizar las transacciones. Deberá tener varios factores en cuenta y conocer muy bien los detalles de cada camino.
Es importante que, antes de comenzar sus operaciones, pueda evaluar cada uno de los puntos que lo harán tomar su decisión. Estos son su aversión al riesgo, su necesidad, sus capacidades financieras y sus posibilidades de trabajo, como se ha desarrollado en esta guía.
Cada una de las dos estrategias tiene sus ventajas y sus desventajas, y será el desafío del operador aprovecharlas lo mejor posible según sus posibilidades.
Glosario
Esta información es solo para fines educativos y no debe considerarse un consejo de inversión, recomendación personal o una oferta o solicitud para comprar o vender instrumentos financieros.
Este material se ha preparado sin tener en cuenta ningún objetivo de inversión o situación financiera en particular. No se ha preparado de acuerdo con los requisitos legales y reglamentarios para promover la investigación independiente. Cualquier referencia al rendimiento previo de un instrumento financiero, índice o producto de inversión empaquetado no es, y no debe considerarse, un indicador confiable de resultados futuros.
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