La fusión (The Merge) de Ethereum es uno de los grandes eventos del año en el mundo criptográfico, o quizá el gran evento del año. Se lleva hablando de esta fusión desde hace meses y, por fin, ya es una realidad. Esta mejora tecnológica que plantea la red blockchain creada por Vitálik Buterin es, además, un golpe para los mineros y un desafío para la seguridad de las redes blockchain, ya que lo que Ethereum hará será migrar de la Proof of Work (prueba de trabajo) a la Proof of Stake (prueba de participación).
¿Qué son la PoW y la PoS?
La prueba de participación y la prueba de trabajo son las dos maneras en las que las redes blockchain se mantienen activas. La primera en llegar fue la PoW, que es la que utiliza Bitcoin. Esta se caracteriza por el hecho de que los nodos, llamados mineros, necesitan “trabajar” resolviendo complejos problemas matemáticos para validar un bloque y recibir una compensación a cambio de ello. Este proceso es más lento – suele tardar unos 10 minutos – y consume más energía, aunque también se ha consolidado como el más seguro de todos.
Por su parte, el PoS no necesita que haya grandes ordenadores resolviendo problemas matemáticos y consumiendo una gran cantidad de energía, sino que lo que hace es elegir nodos al azar para validar las transacciones. Esto supone una mayor rapidez – se tardan solo segundos – y un menor consumo de energía. Ahora bien, es un sistema que, a priori, no es tan seguro como el primero.
Lo que ahora ha hecho Ethereum, principalmente, es pasar de una forma de mantener activa su red blockchain a otra forma. “Imagine que Ethereum es una nave espacial que no está lista para un viaje interestelar. Con la cadena de baliza y las cadenas de fragmentos, la comunidad ha construido un motor nuevo y un casco más duro. Cuando llegue el momento, la nave inicial se acoplará con este nuevo sistema para convertirse en una sola nave, lista para viajar muchos años luz y enfrentarse al universo”, explicaban en la propia web de esta red blockchain.
La consecuencia de este traspaso es el fin de los llamados mineros, lo que puede suponer pérdidas para aquellos que invirtieron en esos superordenadores. Al mismo tiempo, Buterin espera resolver así una de las grandes problemáticas que presentaba su red: las altas comisiones pagadas por cada operación.
Lo que es cierto es que Ethereum, que es la segunda criptomoneda por capitalización, ha dado un paso de gigante en el que se juega su credibilidad y el seguir manteniendo su status, ya que tras de sí le siguen de cerca otras redes llamadas ‘Ethereum killers’. Así, el cómo funcione y se comporte la plataforma después de la fusión será algo fundamental para que los proyectos desarrollados en la red de Ethereum sigan multiplicándose y la plataforma continúe consolidándose. Además, no solo eso, también puede suponer una problemática para aquellas redes que han surgido para ser las sustitutas de Ethereum – como Cardano o Solana – debido a las bajas comisiones que cobran.
Imagen de Pixabay.
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