Dentro de las herramientas que se emplean para monitorizar el estado general de un mercado cotizado, el índice de miedo y codicia es uno de los más llamativos. Conocido también como Fear & Greed Index, este instrumento nos ayuda a establecer cuál es en cada momento la percepción que los inversores tienen hacia un determinado activo o nicho de inversión.
En estos momentos estamos viendo cómo el mercado se mantiene en niveles de extrema codicia con un total de 78 puntos sobre 100. Es decir, el ánimo comprador es potente. Si bien supone una rebaja de dos puntos al respecto del valor del día previo, en comparación con la pasada semana suma 7 puntos, lo que nos devuelve a la parte alta de la tabla:
Detalle del índice de miedo y codicia actualizado / Fuente: Alternative.me
En qué consiste el índice de miedo y codicia
A nadie se le escapa que el factor psicológico es un elemento esencial en la inversión. Por más objetivos y asépticos que nos queramos mostrar ante el panel de órdenes, existen ciertos sesgos conductuales que acabarán por influir en nuestra decisión final. Precisamente esta herramienta, a la cual conocemos como el índice de miedo y codicia (FGI en inglés), es una fórmula que da como veredicto un resultado numérico que va de 0 a 100, siendo cero el mayor miedo posible y cien la mayor codicia posible. Así, podremos puntuar el sentimiento del mercado para aprovechar las oportunidades.
Si bien es cierto que su veredicto no es una verdad absoluta, y por lo tanto no podemos considerarlo como tal a la hora de planificar nuestra inversión, sí que nos da una pista excelente sobre el consenso generalizado. Los mercados se mueven en términos de ansia compradora y ansia vendedora, sin reparar en muchas ocasiones en los fundamentales que realmente justifican los ascensos y las caídas.
Factores que se tienen en cuenta para el cálculo del FGI
Para crear este índice se tienen en cuenta un total de seis factores, estos son:
Volatilidad: Se considera que un aumento de la volatilidad tiene que ver con el miedo en el mercado. Para su cálculo se compara la volatilidad actual con la volatilidad media a 30 y 90 días. Si la actual es menor, entonces es un rasgo positivo. Este dato equivale al 25% del resultado del índice.
Publicaciones en redes sociales: Cuando existe una alta interacción con determinados hashtags y temas, se considera que el interés está despierto y por lo tanto es un buen síntoma. De lo contrario, una baja interacción nos penaliza. Aquí pondera el 15% del resultado del índice.
Momentum o volumen de mercado: Un volumen alto o en crecimiento se considera una tendencia de avaricia, mientras que los volúmenes bajos y/o descendentes suponen miedo. Al igual que vimos con la volatilidad, se compara con las medias a 30 y 90 días. Este factor es el 25% del resultado del indice.
Encuestas de mercado: Se pregunta directamente a varios miles de inversores, los cuales nos proporcionan su propia visión. Esto supone aproximadamente el 15% del valor que tendrá el índice.
Tendencias de Google: Del mismo modo que se monitorizan las RRSS, también interesa conocer las búsquedas que relacionadas al sector y que nos puedan otorgar pistas. Por ejemplo, el resultado de “Cómo invertir en Bitcoin” nos puede dar una idea del interés que está generando el mercado cripto. Hablamos aquí del 10% del resultado del índice.
Dominio de BTC: El sexto factor sería el dominio que tiene BTC sobre el resto de criptomonedas. A pesar de su volatilidad, se considera que el Bitcoin es la criptomoneda más “segura” mientras que las altcoins son las más arriesgadas. Si el predominio de Bitcoin aumenta, entonces eso es que los inversores tienen miedo de otras opciones de menor tamaño.
Cómo se aprovecha la información del índice
Tenemos dos opciones para trabajar con el índice de miedo y codicia: bien para conocer el sentimiento general del mercado o bien para detectar oportunidades de sobreventa y sobrecompra.
Que el indicador esté alto es bueno, porque supone que la gente confíe y tenga interés en invertir en criptomonedas. Ahora bien, una situación de codicia extrema puede también estar avisándonos del estallido de la burbuja, invitándonos a ser cautelosos e incluso vender posiciones.
Por otro lado, si el indicador entra en niveles inusualmente bajos lo que provoca es una señal de compra clara para los inversores. La criptomoneda está barata, hay que comprar.
Evolución del FGI comparada con el precio de Bitcoin / Fuente: CoinStats
Esto sería lo más parecido a la máxima aplicada a la inversión value de “comprar buenos activos a buenos precios”. Una criptomoneda con sólidos fundamentales que se vea penalizada por una situación de sobreventa se convierte en una oportunidad.
En cualquier caso, para ratificar el acierto del índice de miedo y codicia, lo mejor es aplicar conjuntamente indicadores técnicos ad hoc, como por ejemplo el RSI, que puedan corroborar la posible sobrecompra o sobreventa.
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