En un movimiento que combina estrategia y cálculo, Iberdrola (BME:IBE) ha decidido vender el 49 % de una amplia cartera de activos renovables, por cerca de 900 millones de euros, sin ceder el timón. La operación, centrada en proyectos solares y eólicos, mantiene a la compañía al mando operativo, lo que le permite liberar recursos sin renunciar a su papel como gestora energética.
Lo que sucedió
Iberdrola ultima un acuerdo para vender casi la mitad de una cartera de activos verdes, valorada en aproximadamente 900 millones de euros. La operación se ha diseñado con precisión quirúrgica: permite a la empresa monetizar parte de su infraestructura sin perder el control de su explotación diaria.
El conjunto de activos en juego se compone principalmente de instalaciones solares y parques eólicos, dos pilares fundamentales de la transición energética. Aunque se cede parte de la propiedad, Iberdrola conservará la gestión operativa, asegurando así su implicación activa en el desarrollo y funcionamiento de los proyectos.
La operación ha despertado un fuerte interés entre inversores internacionales, lo que confirma la calidad y el atractivo de los activos renovables de la firma española. Esta respuesta del mercado refuerza el posicionamiento global de Iberdrola en el sector de las energías limpias.
Este movimiento se inscribe en la estrategia de rotación de activos de la compañía, que busca equilibrar crecimiento con eficiencia financiera. Al liberar capital, Iberdrola gana margen de maniobra para futuras inversiones, sin comprometer su capacidad de ejecución.
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Por qué es importante
Los analistas ven esta operación como un gesto claro de solidez y madurez del modelo de negocio de Iberdrola. En lugar de sobrecargar su balance con deuda, la compañía opta por compartir el riesgo con socios estratégicos sin soltar el volante. Un equilibrio delicado, pero inteligente.
Además, la operación encaja en una narrativa más amplia: las grandes utilities europeas están migrando hacia modelos más ligeros y colaborativos, donde la rotación de activos permite seguir creciendo sin perder foco. Es una forma de escalar sin hincharse, como quien alquila una bicicleta para ir más lejos, pero no compra una flota.
A nivel bursátil, esta jugada podría traducirse en un impulso positivo para las acciones de Iberdrola, si los inversores valoran su apuesta por la eficiencia financiera. En un entorno de tipos de interés altos y escrutinio sobre la deuda, cada movimiento hacia el desapalancamiento cuenta… y suma.
Imagen creada con Inteligencia Artificial
Esta historia fue generada por Benzinga Neuro y editada por Edgli Romero
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