Steve Jobs no solo renunció a una relación con su padre biológico, sino que sin saberlo le estrechó la mano y le dio una buena propina.
En un giro que suena tan irónico que parece inventado, Jobs cenó una vez en un restaurante mediterráneo de Silicon Valley regentado por un hombre de Siria. Se intercambiaron saludos y nada más. El hombre describió más tarde a uno de sus clientes, Jobs, como “un gran propinero”. ¿Lo que no sabía? Que ese hombre era su hijo.
Esa surrealista coincidencia salió a la luz años más tarde en una grabación que compartió el biógrafo de Jobs, Walter Isaacson, en un episodio de 60 Minutes de 2011. Según Isaacson, como informó The New York Times, Jobs encontró a su madre biológica, Joanne Simpson, a mediados de la década de los 80. A través de ella descubrió que tenía una hermana, Mona Simpson, una escritora que vivía en Nueva York. Los dos establecieron un lazo estrecho, pero Jobs trazó una línea dura cuando se trataba de su padre biológico, Abdulfattah “John” Jandali.
También puedes leer: Steve Jobs anticipó la crisis tecnológica que hoy amenaza a la industria estadounidense
“Aprendí un poco sobre él, y no me gustó lo que aprendí”, dijo Jobs en la grabación. Le molestó especialmente el abandono temprano de Mona y su madre por parte de Jandali.
Pero Mona, interesada en rellenar los huecos de la historia, encontró finalmente a su padre. En ese momento, Jandali regentaba un restaurante en Sacramento. Cuando lo visitó, casualmente alardeó de que Jobs solía comer allí a menudo y de que era “un gran propinero”. No tenía ni idea de que estaba hablando de su propio hijo.
Jobs recordaría ese encuentro más tarde: “Recuerdo que estuve en ese restaurante un par de veces. Le estreché la mano, me estrechó la mano a mí… y eso fue todo”.
Nunca volvieron a verse. Según Isaacson, Jandali no descubrió la verdad hasta 2006, mucho después del breve encuentro en el restaurante y mucho después de que hubiera pasado la oportunidad de mantener una relación real de padre e hijo.
Es el tipo de detalle que se lee como si fuera una escena de guion: dos personas unidas por la sangre que se cruzan sin saberlo, sin darse cuenta de la conexión; una deja una generosa propina, la otra se queda con una historia sobre un educado cliente que una vez comió hummus.
Según el Wall Street Journal, una vez que Jandali descubrió la verdad, intentó comunicarse discretamente con Jobs en sus últimos años de vida, sobre todo a través de correos electrónicos cortos y educados. Según se informa, le deseó un feliz cumpleaños y buena salud a Jobs. De vez en cuando Jobs le respondía con breves respuestas como “Gracias”, pero mantenía su distancia.
The Daily Mail reveló que en los meses previos a la muerte de Jobs, Jandali se vio abrumado por el sentimiento de culpa por haber abandonado a su hijo, pero después de tantos años, Jandali admitió que era demasiado orgulloso para dar el primer paso.
Le preocupaba que Jobs pudiera pensar que solo iba detrás del dinero, y, como resulta, sus instintos no estaban alejados de la realidad. En la biografía, Isaacson citó a Jobs diciendo que “no confiaba en que no intentara chantajearme o ir a la prensa”.
Aunque nunca descolgó el teléfono, Jandali dijo en entrevistas que todavía esperaba un reencuentro “antes de que fuera demasiado tarde”. Pero, en última instancia, ese reencuentro nunca llegó.
Por lo que respecta a Jobs, él hizo las paces con su elección. Le dijo a Isaacson que Paul y Clara Jobs, la pareja que lo crió, eran sus “verdaderos padres al 100 %”. Y aunque ese trágico error con su padre biológico hubiera dado para una historia dramática, era algo que Jobs nunca sintió la necesidad de cambiar.
Murió en 2011 a la edad de 56 años, después de haberse cruzado brevemente en el camino con el hombre que le dio la vida, un desconocido en ese momento y nada más. Por la razón que fuera, Jobs decidió llevar ese asunto con distancia. Fue su decisión, su límite y, tal vez, incluso su paz.
Aunque solo intercambiaron unas pocas palabras, sin saber la historia completa, es uno de esos extraños giros de la vida: dos vidas que chocan sin que ninguna de las dos se dé cuenta. Como dijo Jobs en una ocasión: “No puedes conectar los puntos viendo hacia adelante; solo puedes hacerlo viendo hacia atrás”.
Y a veces ni siquiera quieres hacerlo.
Imagen: Shutterstock
Recibe noticias exclusivas 30 minutos antes que otros traders
La prueba gratuita de 14 días de Benzinga Pro te brinda acceso a noticias exclusivas para que puedas realizar transacciones antes que millones de otros inversores. Comienza tu prueba gratuita de 14 días haciendo CLIC AQUÍ.
Para más actualizaciones sobre este tema, activa las notificaciones de Benzinga España o síguenos en nuestras redes sociales: X y Facebook.