Imagina despertarte una mañana y descubrir que tu cuenta bancaria está vacía, que te han quitado la casa y que tus tarjetas de crédito han sido canceladas. Y lo único que te queda es un par de zapatos y un teléfono con la mitad de batería. La mayoría de las personas entrarían en pánico, pero Mark Cuban iría a servir bebidas y cerrar acuerdos.
“Me buscaría un trabajo como camarero por la noche y un empleo de ventas por la mañana, y empezaría a trabajar”, explicó Cuban en un episodio de 2016 del podcast “How I Built This”.
Ningún contacto de capital privado. Ningún fondo de inicio. Solo determinación y propinas.
El empresario multimillonario, que fundó Broadcast.com y lo vendió a Yahoo por 5700 millones de dólares, afirma que si perdiera todo de la noche a la mañana, no trataría de aparentar hasta conseguirlo. Se pondría manos a la obra. Dos puestos de trabajo, una misión: acumular dinero y empezar de nuevo.
¿Podría volver a ser multimillonario? Probablemente no, incluso él mismo lo admite. “Para ser multimillonario, tienes que tener suerte“, dijo Cuban. Pero, ¿podría recuperar su fortuna y llegar a ser millonario?
“¿Podría volver a ser millonario? No lo dudo ni un segundo”.
Y no son palabras vacías. Cuban no es uno de esos multimillonarios que creció con un fondo fiduciario y una membresía de club de campo. Creció en Pittsburgh. Su padre nunca ganó más de 40 000 dólares. Cuando Cuban ganó sus primeros 100 000 dólares, su padre lloró.
Antes de que llegara el dinero, vivía en un apartamento en mal estado con cinco chicos, dormía en el suelo, comía macarrones con queso y conducía un coche con agujeros en el suelo. No está hablando por hablar, él ha vivido esa situación.
Pero también sabe cómo vender.
Cuando era adolescente, vendía bolsas de basura a domicilio. Más tarde, vendía software. “Era el mejor”, aseguró. “La rompía”.
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Por eso, si alguna vez tuviera que empezar de cero de nuevo, las ventas serían su primera opción. “Conociendo cuáles son mis habilidades de ventas y los productos que soy capaz de vender, creo que podría encontrar un trabajo vendiendo un producto que me ofreciera suficientes comisiones o recompensas”, explicó.
Añade a la mezcla el trabajo de camarero, y tendría ingresos durante las 24 horas del día. En EE.UU., los camareros pueden ganar entre 30 000 y 80 000 dólares al año en función de las propinas y la ubicación. Y eso es antes de sumar los ingresos por comisión de las ventas. No es glamuroso, pero es combustible.
Cuando hubiera ahorrado lo suficiente, Cuban explicó que volvería a lanzar un negocio. La misma fórmula, pero desde un punto de partida distinto.
El plan no es llamativo, y ese es el punto. Cuban no cree en los atajos. Cree en el trabajo duro. Cree en acumular victorias. Y cree que pasar de estar arruinado a tener siete cifras no es magia, sino ejecución.
Entonces, si mañana se despertara pobre…
No lloraría por ello. Estaría sirviendo chupitos, cerrando acuerdos, y construyendo un imperio una vez más.
Imagen: Shutterstock
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