Las acciones de Banco Sabadell (BME:SAB) han logrado este miércoles un hito que no se veía desde hace más de una década: superar la barrera de los 3 euros. Este salto en su cotización, que lo coloca en niveles no alcanzados desde 2009, ha generado un nuevo escenario que amenaza con debilitar aún más la oferta pública de adquisición lanzada por BBVA.
Durante la jornada, las acciones del banco catalán repuntaron un 2,81 %, cerrando en 3,056 euros. En paralelo, las acciones de BBVA (BME:BBVA) también subieron, aunque en menor medida (2,10 %), situándose en 13,645 euros. Esta diferencia ha profundizado el desequilibrio en la propuesta de intercambio que BBVA plantea: entregar una acción propia más 0,70 euros en dividendos por cada 5,346 acciones de Sabadell.
Con los precios actuales, dicha fórmula se traduce en una pérdida clara para los accionistas del Sabadell. La prima que ofrecía la operación no solo se ha desvanecido, sino que ahora está más de un 12 % por debajo del valor de mercado, una cifra que complica aún más el atractivo de la propuesta.
También puedes leer: Banco Sabadell impulsa su cotización tras mejora de precio objetivo de RBC
Una prima bajo presión
La pérdida de valor en la ecuación de canje no es nueva. Desde comienzos de año, salvo momentos puntuales, los accionistas de Sabadell han visto cómo la oferta de BBVA les dejaba en una posición desfavorable. La reciente subida de Sabadell no ha hecho más que ahondar esa brecha.
Mientras tanto, desde la dirección de BBVA no se muestran dispuestos a mover ficha. Carlos Torres, presidente de la entidad, ha reiterado que no habrá mejora en los términos. Por su parte, Josep Oliu, al frente de Sabadell, ha dejado claro que cualquier acercamiento serio debería implicar un aumento “sustancial” en la valoración.
Factores que tensan la operación
Este escenario llega en un momento especialmente delicado. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) aún no ha autorizado el folleto de la OPA, cuya última versión fue presentada recientemente. Hasta que el regulador no se pronuncie, el proceso sigue en pausa. Y todo indica que, como pronto, no habrá avances hasta agosto.
Precisamente ese mes, Sabadell celebrará dos juntas de accionistas clave: en ellas se votará tanto la venta de su filial británica TSB al Banco Santander como la aprobación de un dividendo extraordinario de 2.500 millones de euros. Aunque este pago no se realizará hasta 2026, su aprobación será firme. El detalle relevante es que los accionistas que acepten la oferta de BBVA perderán el derecho a cobrarlo.
Un futuro incierto
A este cóctel de incertidumbre se suman las condiciones que el Gobierno español podría imponer para una eventual fusión. Las restricciones podrían retrasar entre tres y cinco años la integración efectiva de ambas entidades, limitando las sinergias que BBVA espera lograr con la operación.
Además, persiste una incógnita jurídica: si la venta de TSB se interpreta como una causa válida para anular la OPA, BBVA podría incluso abandonar su ofensiva, lo que añadiría una capa más de volatilidad a un proceso ya de por sí complejo.
Con múltiples piezas aún en juego, desde la aprobación regulatoria hasta las decisiones estratégicas que ambos bancos tomarán en los próximos meses, el desenlace está lejos de ser claro. Lo único seguro es que cada movimiento en el parqué y cada comunicado pueden inclinar la balanza en una u otra dirección.
Imagen creada con Inteligencia Artificial
Esta historia ha sido editada por Edgli Romero
Recibe noticias exclusivas 30 minutos antes que otros traders
La prueba gratuita de 14 días de Benzinga Prote brinda acceso a noticias exclusivas para que puedas realizar transacciones antes que millones de otros inversores. Comienza tu prueba gratuita de 14 días haciendo CLIC AQUÍ.
Para más actualizaciones sobre este tema, activa las notificaciones de Benzinga España o síguenos en nuestras redes sociales: X y Facebook.