Los economistas han elevado sus previsiones de inflación para Estados Unidos en 2025, anticipando un aumento en los precios al consumidor debido a factores como la implementación de aranceles y políticas fiscales expansivas. Esta revisión al alza sugiere que la Reserva Federal (Fed) podría adoptar un enfoque más cauteloso en la reducción de las tasas de interés el próximo año.
Lo que sucedió
Según Bloomberg Línea, los economistas prevén que el índice de precios de los gastos de consumo personal subyacente, la medida de inflación preferida por la Fed, aumente un 2,5% en 2025, superando la proyección anterior del 2,3%.
Este ajuste se atribuye principalmente a la preocupación por los aranceles propuestos por la administración Trump, que podrían elevar los costos de importación y, en consecuencia, los precios al consumidor. Además, se espera que los recortes fiscales impulsen la demanda, lo que podría ejercer una presión adicional sobre los precios.
En respuesta a estas expectativas inflacionarias, los economistas ahora anticipan que la Fed reducirá las tasas de interés a un ritmo más lento de lo previsto anteriormente. Se espera un recorte de 25 puntos básicos en diciembre de 2024, situando la tasa de los fondos federales entre el 4,25% y el 4,5%. Posteriormente, se proyectan solo tres recortes adicionales de un cuarto de punto en 2025, en las reuniones de marzo, junio y septiembre, lo que llevaría la tasa a un rango de 3,5% a 3,75% para finales de 2025.
Esta moderación en el ritmo de los recortes refleja la intención de la Fed de equilibrar el estímulo económico con la necesidad de controlar la inflación, evitando un sobrecalentamiento de la economía de EE.UU.
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Por qué es importante
La revisión al alza de las previsiones de inflación y la expectativa de una política monetaria más cautelosa por parte de la Fed tienen implicaciones significativas para la economía estadounidense.
En primer lugar, una inflación más alta de lo previsto puede erosionar el poder adquisitivo de los consumidores, afectando negativamente el consumo y, por ende, el crecimiento económico. Aunque los economistas también han incrementado modestamente sus proyecciones de crecimiento del PIB para 2025, estimando un 2,1%, una inflación elevada podría contrarrestar estos avances.
En segundo lugar, la decisión de la Fed de ralentizar el ritmo de los recortes de tasas sugiere una postura más vigilante frente a las presiones inflacionarias. Economistas de Goldman Sachs anticipan que, tras el recorte de diciembre, la Fed podría omitir una reducción de tasas en enero, señalando un menor ritmo de flexibilización monetaria en respuesta a la persistencia de la inflación por encima del objetivo del 2%.
Finalmente, las políticas comerciales y fiscales de la administración Trump, como el aumento de aranceles y los recortes de impuestos, podrían intensificar las presiones inflacionarias, complicando aún más la labor de la Fed para mantener la estabilidad de precios sin frenar el crecimiento económico. Este entorno desafiante requerirá una gestión cuidadosa de la política monetaria para equilibrar estos factores contrapuestos.
Foto cortesía de Shutterstock
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