Uno de los temas de inversión más candentes en Wall Street de los últimos años ha sido el de los vehículos eléctricos (VE). Esta semana, el analista de Bank of America, John Murphy, ha actualizado sus pronósticos de penetración de coches eléctricos en Estados Unidos al 7% para 2025 y al 20% para 2030.
El viernes, Murphy publicó su última nota de una serie en la que hablaba del punto de inflexión del mercado de los vehículos eléctricos y discutió las consecuencias positivas y negativas de la electrificación de la industria automotriz mundial.
“Tenemos en cuenta que nuestra lista de implicaciones está lejos de ser exhaustiva, pero pretende ilustrar cuán complejo es un problema que muchas empresas, gobiernos y entidades están tratando de resolver actualmente”, señaló el analista.
Caso alcista vs. bajista
En el mejor de los casos, Murphy destacó que la caída de los costes de los vehículos eléctricos, con el tiempo, probablemente resultará en un producto mejor y de menor coste para los consumidores.
Con el tiempo, los fabricantes y proveedores de automóviles por excelencia irán haciendo la transición lentamente de vehículos con motor de combustión interna a vehículos eléctricos, sin tener que reducir significativamente los trabajos o realizar grandes amortizaciones en los activos e instalaciones de combustión interna (MCI), según el analista.
La demanda de VE y componentes aumenta exponencialmente, creando un auge en la demanda de electricidad que puede ser respaldado por la capacidad y el suministro existentes.
En el peor de los casos, los contundentes subsidios gubernamentales crean una demanda antinatural de vehículos eléctricos que resulta en una volatilidad significativa y una caída en la demanda una vez que se eliminen gradualmente, tal y como destacó el analista.
Si no se alcanza la paridad natural de costes entre los vehículos eléctricos y los de combustión interna, los fabricantes de automóviles podrían verse obligados a reducir significativamente los puestos de trabajo y realizar grandes amortizaciones en sus instalaciones MCI, según BofA.
Si la inversión pública y privada en el segmento de carga de vehículos eléctricos no sigue el ritmo de la demanda de este tipo de coches, la transición podría retrasarse por inconvenientes en cuanto a la carga, según afirmó Murphy.
Finalmente, la producción y fabricación de vehículos eléctricos y celdas de batería con electricidad de plantas de carbón podrían tener un impacto sorprendentemente negativo en el medio ambiente, de acuerdo con el analista.
Cómo lidiar con esta situación
Murphy afirmó que la conclusión más factible durante la próxima década será algún punto medio entre los dos escenarios descritos anteriormente, pero la abismal diferencia en los resultados enfatiza la importancia de cómo las empresas, los gobiernos y los inversores navegan por una transición de forma masiva de cara a los próximos años.
Así es como Bank of America recomienda a los inversores que operen con los principales fabricantes de automóviles de EE.UU. antes de la revolución de los vehículos eléctricos:
- Ford Motor Company (NYSE: F): Con una calificación de Buy y un precio objetivo de 17 dólares.
- General Motors Company (NYSE:GM): Con una calificación de Buy y un precio objetivo de 80 dólares.
- Tesla Inc (NASDAQ:TSLA): Con una calificación Neutral y un precio objetivo de 700 dólares.
La opinión de Benzinga
La transición global de MCI a vehículos eléctricos es inevitable y es una gran oportunidad para los inversores que siguen la tendencia correctamente. Las principales preguntas que quedan por resolver son cuánto tiempo durará la transición, qué parte del crecimiento a largo plazo ya está contemplado en las acciones de vehículos eléctricos, y si los fabricantes de automóviles por excelencia pueden mantener sus posiciones dominantes en la industria frente a la nueva competencia de las empresas de próxima generación.
Foto cortesía de Tesla.