La resiliencia de China saltó a la palestra después de que el país reportara un crecimiento económico bastante bueno en el cuarto trimestre a pesar de los obstáculos de la Covid-19. Sin embargo, el crecimiento del 2022 se desaceleró considerablemente y quedó por debajo de los pronósticos oficiales.
Un 4T resiliente
La economía china se expandió un 2,9% interanual en el cuarto trimestre, afectada por la difícil situación de la Covid-19, según mostraron los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de China.
Los analistas, en promedio, apostaban por un ritmo más anémico del 1,8%, según informó Reuters.
El PIB se mantuvo sin cambios con respecto al trimestre anterior y superó las previsiones pesimistas que apuntaban a una caída del 0,8%. Sin embargo, se quedó muy por debajo del crecimiento del 3,9% del tercer trimestre.
El rendimiento superior se debió en parte a un aumento mayor de lo esperado en la producción industrial, así como al hecho de que las ventas minoristas bajaron menos de lo que se estimaba.
Uno de los crecimientos anuales más lentos
En el 2022, la segunda economía más grande del mundo registró un crecimiento del 3% en términos reales, con una producción de 121,02 billones de yuanes (17.930 millones de dólares). NBS señaló que la economía siguió creciendo a pesar de las presiones a la baja y que la producción alcanzó un nuevo máximo. Por su parte, el empleo y los precios se mantuvieron estables.
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Dicho esto, el crecimiento del 3% quedó por debajo del objetivo oficial de China, que pronosticaba un crecimiento del 5,5% para el año, y marcó una desaceleración significativa con respecto a la tasa del 8,1% que se registró en el 2021. La tasa anual de crecimiento fue la más lenta desde el 2020, cuando el crecimiento del PIB se desplomó hasta el 2,2% cuando estalló la pandemia de la Covid-19. Si dejamos a un lado el 2020, el crecimiento que experimentó el PIB en el 2022 fue el más lento desde 1976, año que marcó el final de la revolución cultural, según los datos del Banco Mundial.
Fuente: Banco Mundial
La formación bruta de capital, un concepto macroeconómico que se refiere a la inversión en activos fijos de la economía más los cambios de inventario netos, representó el 50,1% del PIB del 2022. mientras que el gasto del consumidor y las exportaciones netas representaron el 32,8% y el 17,1%, respectivamente, según declaró Yicai, citando las declaraciones de un funcionario del NBS en una rueda de prensa.
Pronóstico incierto
Después de verse obligada a ceder a la presión del público y las industrias, China comenzó a relajar las normas contra la Covid-19 a finales del año pasado. El desafío ahora es que, tras reabrir la economía y las fronteras, el país tiene que controlar futuros brotes.
China también se enfrenta otras amenazas, tales como la recesión del mercado inmobiliario, que podría afectar aún más al crecimiento. Que se produzca una desaceleración global tampoco es un buen augurio para el país, dado su papel de “fábrica del mundo”.
En otro orden de cosas, la población de China se redujo en 850.000 personas hasta establecerse en los 1.412 millones de habitantes en el 2022, lo que marca la primera disminución de la población desde el año 1961, que fue el último año de la “Gran hambruna china”, según informó Reuters. Esto, según reza el informe, tendrá un profundo impacto en la economía.
El iShares MSCI China ETF (NASDAQ:MCHI), un fondo que cotiza en bolsa, está centrado en China y sigue el rendimiento de las acciones nacionales disponibles para los inversores internacionales, finalizó la sesión del viernes con una subida del 1,62% en los 53,88 dólares. Retrocedió un 23% en el 2022, en comparación con la caída del 19,4% que sufrió el S&P 500.
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