Tratar de encontrar el amor en un mundo cada vez más digital ha llevado a muchos a experimentar con las citas en línea en aplicaciones como Tinder o Bumble, pero la búsqueda interminable de perfiles e imágenes puede hacer que algunos se sientan desesperanzados.
Una mujer decidió publicar un anuncio en Craigslist ofreciendo pagarle a alguien para que se hiciera pasar por ella y concertara citas. Un editor que buscaba una segunda fuente de ingresos decidió aceptar el desafío del emparejamiento.
Qué debes saber
En 2019, Gili Malinsky ganaba 58.000 dólares al año trabajando como editora para una empresa de medios en Nueva York. Tenía varios miles de dólares en deuda de préstamos estudiantiles y se enfrentaba a una gran factura de impuestos, por lo que comenzó a buscar una segunda fuente de ingresos.
No pasó mucho tiempo antes de que tropezara con un anuncio de Craigslist, diferente a todo lo que había visto antes.
Decía: “Ayúdame a encontrar el amor en línea”, recordó Mailnsky en un artículo que escribió para Make It de CNBC.
“Te daré acceso a mis cuentas. Facilitarás algunas citas con chicos que tengan todos sus dientes, un trabajo y algunos otros criterios que te contaré más adelante”, decía la descripción del anuncio.
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La mujer estaba ofreciendo 25 dólares por hora o una tarifa fija por cita si así lo prefería, y eso fue suficiente para que Malinsky respondiera al anuncio.
“No podía creerlo. Este trabajo en realidad sonaba divertido”, explicó.
Establecieron una llamada de Skype y luego se reunieron para tomar una copa para hablar de los detalles al día siguiente. Malinksy planeaba buscar candidatos para citas de calidad en aplicaciones como Tinder de Match Group Inc (NASDAQ:MTCH), Bumble Inc (NASDAQ:BMBL) y OkCupid de IAC Inc (NASDAQ:IAC), chatear con los chicos y esperar establecer fechas.
Le ofrecieron un pago por adelantado de 100 dólares y acordaron que le pagarían 150 dólares por cada fecha que planeara con éxito.
Todo salió mal a partir de ahí, para Malinsky al menos. Pasó al menos 20 horas charlando con docenas de chicos durante las siguientes tres semanas y le resultó “extraño” hacerse pasar por otra persona.
La mujer que publicó el anuncio terminó siendo muy exigente. Tan selectiva que en realidad no accedió a tener ninguna cita. Malinksy filtraba a los chicos para encontrar buenas opciones, pero la mujer que pretendía ser, encontraba algo malo en todos ellos.
Al final, Malinksy nunca vio otro centavo más allá de los 100 dólares iniciales que le pagaron para comenzar sus esfuerzos de búsqueda.
Volvió a comunicarse con la mujer que publicó el anuncio para ver cómo estaba después de que pasó un tiempo y resultó que se había vuelto a conectar con uno de sus antiguos match en Tinder.
“Los sueños SÍ se hacen realidad”, le dijo a Malinksy.
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Foto: Adrián de Pixabay y Unsplash