Liz Truss, sucesora de Boris Johnson como primer ministro de Reino Unido, ha renunciado poco más de un mes después de asumir el cargo.
Su renuncia pone fin a un gobierno controvertido por las consecuencias que ha tenido su ambiciosa política de reducción de impuestos.
Liz Truss ha estado en el cargo tan solo 45 días, el mandato más corto que ha tenido nunca un primer ministro de Reino Unido. El segundo primer ministro con menos tiempo en el cargo fue George Canning, que sirvió durante 119 días antes de morir en 1827.
Truss había hecho pedazos el minipresupuesto que lideraba la agitación de los mercados financieros y reemplazó a Kwasi Kwarteng como canciller por el líder conservador Jeremy Hunt.
El coste del endeudamiento del gobierno aumentó y la libra cayó aún más después de su conferencia de prensa en la que anunció los cambios.
En un comunicado a las puertas de Downing Street, Truss ha afirmado: “Asumí el cargo en un momento de gran inestabilidad económica e internacional”.
“Las familias y las empresas estaban preocupadas por cómo pagar sus cuentas”. Truss ha agregado que fue elegida “con la orden de modificar este hecho”, y ha declarado: “Hemos cumplido con las facturas referentes a la energía”.
Truss ha reconocido que “no puede cumplir en el mandato” para el que fue elegida y que habrá una elección de liderazgo “que se completará la próxima semana”.